sábado, 26 de octubre de 2019

Gracias Bernardo. Merci monsieur Aucouturier


Desde el principio, en las sesiones de Psicomotricidad con los niños y niñas de Educación Infantil, hemos funcionado con el respeto como eje principal de esos periodos. Para ello, hemos aprovechado diversos aspectos del método Aucouturier, siendo fundamental el seguimiento de la premisa “No me hago daño y no hago daño a los demás”.











Los primeros días fueron en el aula de Psicomotricidad con el suelo acolchado y posteriormente  en el gimnasio. Los más jóvenes del cole iniciaban las sesiones derribando las barreras, juntos y a la vez, para “conquistar” y hacer suyo el tiempo, el espacio y los materiales. Así, se generan un universo propio en el que jugar libremente con lo que quieran, como quieran y a lo que quieran.














Al finalizar la sesión, se colabora en la recogida, dando las gracias y despidiéndonos de todos y cada uno de los participantes.






Más adelante, y ya habituados a las dinámicas de juego sin hacerse daño ni hacer daño a los demás, se establecen nuevas zonas en el gimnasio que se han ido ganando progresivamente al eliminar el obstáculo delimitador y limitador. Con las nuevas zonas ya conquistadas, exploradas libremente y apropiadas, se proponen juegos dirigidos, primero con el material que se encuentra allí...












...y después sin material.



Además, cuando los niños y niñas solicitan o demandan cualquier actividad se juega a su propuesta, así la clase de EF es algo propio, donde nadie se agrede y todos participamos y aportamos libremente, respetando y siendo respetados porque el respeto, siempre, empieza por uno mismo.





Y disfrutamos la experiencia. 

Por todo ello solo nos queda decir, gracias y hasta la próxima.


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